http://www.laopinion.es/tenerife/2013/10/06/canelo-guardian-bajamar/502176.html
"Todo pueblo tiene su personaje singular y en el caso de Bajamar ese
es Canelo. Este chucho lleva habitando las calles de este pueblo de la
costa lagunera desde hace más de 15 años. Nadie recuerda la fecha exacta
en la que el perro fue visto por primera vez en Bajamar pero los años
no pasan en balde y las canas ya pueblan su pequeño cuerpo peludo. "El
Canelo está más viejo que yo", asegura Juan Pérez.
Este hombre de
77 años llegó casi a la vez que el perro a Bajamar. Pérez se mudó al
pueblo hace 15 años y siempre ha visto al can recorriendo las calles.
"Lo dejaron aquí con su hermano", recuerda.
Cuando Canelo era
joven, él y su hermano Loco no paraban de correr y ladrarle a cada coche
que pasaba. La mala suerte hizo que una guagua atropellase a Loco hará
unos 10 años y desde entonces Canelo es el rey de Bajamar. Todo el mundo
lo quiere y, sobre todo, todo el mundo lo alimenta y lo cuida. Pero
entre los vecinos, Canelo también tiene a sus preferidos.
Juan
Gutiérrez es uno de estas personas especiales para el perro. Su bar
Hannen Stube es la casa improvisada de Canelo cuando llueve. "Cuando
hace frío o simplemente le apetece también se mete en el bar, donde le
tengo un lugar reservado", mantiene.
Gutiérrez es uno de los
residentes que lo alimenta y, por ello, en la puerta del bar ha colocado
sus cuencos con agua y comida, aunque reconoce que "el pienso es lo que
menos le gusta y prefiere la comida de los humanos". Para ayudarlo en
esta tarea, todos los vecinos le llevan los restos de la comida para que
este se los eche al perro.
Por todo esto, su lugar preferido en
Bajamar es precisamente este: la plaza delante del bar Hannen Stube.
Hasta unos alemanes se dieron cuenta y, por eso, "hace unos dos años
colocaron la placa", contó Gutiérrez. En el cartel aparece dibujado un
perro con el nombre de Canelo.
Su dueño improvisado asegura que
el can tiene especial predilección por los niños. "Por la mañana recorre
unos 200 metros para acompañar a los pequeños que van al colegio hasta
la parada de la guagua. Hasta que no se sube el último, no vuelve al
bar".
Para los pequeños de la zona, el perro es uno más en sus
días de juego, sobre todo en verano, que es cuando más niños se reúnen
en la plaza que está junto al bar. "Todos los chiquillos vienen a
preguntarme dónde está Canelo cuando no lo ven", dice Juan Gutiérrez. "A
mi hijo y a mi sobrino también los acompaña hasta la puerta de casa y
luego vuelve para el bar", cuenta.
Pero cuando el can no está en
esa plaza, los vecinos de Bajamar no se preocupan, porque todos saben
que el perro es el macho man del pueblo. "Perra que vea en calor, perra
que sigue", confirma el propietario del bar. Todos conocen el buen
olfato del animal, por lo que si el perro no está a la vista, saben que
se encuentra en la puerta de la casa de algún vecino que tenga una
hembra.
Laura Rivero y su madre han sufrido este lado semental de
Canelo. Y es que cuando al can le da por perseguir a su perra, "mi
madre hasta tiene que salir por la puerta de atrás de la casa", cuenta
Rivero. De hecho, aunque sus crías no habitan por las calles del pueblo,
los vecinos reconocen que "ha tenido bastantes".
Nadie ha
intentado nunca llevarse a Canelo a casa pero Juan Gutiérrez recuerda
que a Loco sí que se lo llevaron a Guamasa pero "fuimos a buscarlo y lo
volvimos a traer". Gutiérrez ha vivido mucho con el perro y entre sus
anécdotas rememora con cariño que cuando aún estaba Loco entre ellos,
"los lancé a los dos a las piscinas naturales y tuve que lanzarme a
sacar a Canelo porque no sabía nadar".
Mónica Romariecka tiene
una tienda de animales en la zona. Esta joven polaca asegura que "Canelo
es el dueño de Bajamar". A veces, cuando otros perros se le acercan "se
pone furioso para defender su territorio", mantiene.
Las mujer
también sospecha que el perro duerme en la puerta de su negocio. "Las
chicas de las tiendas de al lado me han dicho que lo ven muy temprano en
la puerta. Y es que si Canelo ha aprendido algo durante tantos años
viviendo en la calle es a buscarse la vida. Por eso, antes de dormir al
raso, elige la alfombra de la entrada a la tienda".
Romariecka
asegura que, aunque Canelo pasa bastantes horas frente a su tienda, "es
muy tranquilo y no me molesta". "Lo trato como a un compañero más y
cuando llego le digo: buenos días Canelo". "Tiene sus rincones, sabe a
quién visita primero y a quién después. Le gusta vivir así", recalca.
Lleva
toda una vida viviendo en la calle pero los vecinos no recuerdan que se
haya puesto enfermo. Aunque después de 15 años, saben que no estará
mucho tiempo más acompañando a los niños a la escuela y jugando en la
plaza del bar. "El día que falte se va a notar su ausencia", dice Laura
Rivero. Mientras, todos disfrutan de él lo más que pueden y una placa
con su nombre lo recordará siempre en su lugar favorito."
Ahí tenemos la explicación ;)
lunes, 7 de octubre de 2013
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