lunes, 7 de abril de 2014

"La Laguna: la destrucción de una ciudad Patrimonio de la Humanidad"

"La Laguna: la destrucción de una ciudad Patrimonio de la Humanidad".
Álvaro Santana Acuña
Historiador y sociólogo. Universidad de Harvard.
En 1999 la UNESCO inscribió el centro histórico de La Laguna en su lista de bienes Patrimonio de la Humanidad. Entre los 981 bienes de la lista actual figuran la Gran Muralla china, la Ciudad del Vaticano, el Gran Cañón del Colorado y las orillas del río Sena en París (desde la Torre Eiffel hasta la Iglesia de Notre Dame). Sólo bienes con un “valor universal excepcional” son inscritos en dicha lista.
El “valor” de La Laguna radica en ser una ciudad abierta urbanística y socialmente. Fundada en 1496, fue la primera ciudad europea de conquista construida sin murallas fuera del continente. Además, sus fundadores rechazaron las calles estrechas y laberínticas de la ciudad medieval y eligieron las vías anchas y rectilíneas de la ciudad renacentista. También se entremezclaban las casonas señoriales de las clases altas con las casas terreras y sobradadas de las clases medias y bajas. El objetivo era levantar una urbe socialmente más democrática, donde conviviesen en una misma calle o plaza diferentes clases. Por eso, la UNESCO inscribió el centro histórico en su conjunto (trama, parcelario y más de 600 casas). Ese conjunto ejemplifica una manera nueva de entender la ciudad en el siglo XVI.
Catorce años después de su inscripción en la lista, el centro lagunero sufre una de las transformaciones más profundas y violentas de su historia. Detrás de la cortina de humo de la peatonalización de algunas calles se esconde la violación sistemática de las directrices de la UNESCO y las leyes de patrimonio nacional y canario. Alegando la falta de personal cualificado, la alcaldía nacionalista decidió privatizar la gestión del centro histórico, adjudicándosela a la multinacional A.U.C. Esta empresa privada redactó el Plan Especial de Protección. Tras la aprobación del Plan en 2005, ya no existe ni una sola manzana del centro que no haya sido alterada irreversiblemente. Las transformaciones más graves incluyen la descatalogación de más de 100 casas protegidas, la mutilación de callejones del siglo XVI, el derribo de las viviendas más representativas de la arquitectura doméstica canaria (las casas terreras), las reformas irreversibles de monumentos (p.ej. la sede de la Real Sociedad Económica) y el atentado en el corazón de la ciudad nueva de 1500, la plaza del Adelantado, con la construcción de edificios irrespetuosos hacia la arquitectura histórica lagunera.
También hay graves transformaciones sociales. El Plan de 2005 favorece el declive del rico patrimonio de pequeños y medianos comercios locales, pues fomenta la competencia desleal de las franquicias. Al volverse La Laguna un destino turístico internacional, el número de franquicias se ha multiplicado por diez desde 1999. En 2011, de ser un centro histórico con comercios de cercanía que cubren las necesidades de sus habitantes, ha pasado a ser el área urbana con la mayor concentración de restaurantes, cafeterías, tascas y terrazas de Canarias; ninguno de los destinos turísticos de masas del sur de Tenerife o Gran Canaria supera a La Laguna.
En definitiva, la alcaldía ha usado el título de Patrimonio de la Humanidad para aniquilar los valores urbanísticos y sociales de La Laguna. En consecuencia, un número creciente de ciudadanos y expertos exigen una gestión pública y participativa del centro histórico, como en otras ciudades Patrimonio de la Humanidad.
Publicado en Revista Canarii (Marzo 2014).
http://observatoriopatrimonio.wordpress.com"

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